lunes, 12 de octubre de 2009

Debajo del Hiyâb: La identidad de la mujer musulmana.

Éste es parte de un estudio realizado por la Profesora Lorena Lara, con encuesta incluida que puedo hacer llegar a todos los interesados en el tema. Personalmente creo que ya es tanto lo escrito sobre el tema, que para mí lo novedoso del estudio es que refleje las opiniones de las que participaron en las encuestas, aunque , (es mi opinión personal), con cierta falta de empatía hacia las mismas.

Me hubiera gustado saber cuantas de las encuestadas trabajan en la administración, en colegios y guarderías, son directoras de bancos, ejecutivas o simplemente están cara al público. Y cuantas de ellas son teleoperadoras o empleadas domesticas,etc.. ( por poner un ejemplo)

Por último me permito sugerir a los encuestadores, y demás estudiosos que se dediquen también con el mismo tesón y abnegación a recordar las obligaciones que los hombres tienen en el Islám, que son muchas y variadas, y lo que es peor, tantas veces olvidadas.

Mª José Agües



El significado del Hiyâb
Prof. Lorena Lara.

Allâh ordenó a las creyentes que cubran sus encantos y especificó aquellas personas ante las cuales la mujer puede quitarse el Hiyâb. Allâh dice en el Sagrado Corán:

Y diles a las creyentes que recaten sus miradas, se abstengan de cometer obscenidades, no muestren de sus arreglos y adornos más que lo que está a simple vista [como el rostro y las manos], cubran sus pechos con sus velos, sólo muestren sus encantos [más allá del rostro y las manos] a sus maridos, sus padres, los padres de sus maridos, sus hijos, los hijos de sus maridos, sus hermanos, los hijos de sus hermanos, los hijos de sus hermanas, las mujeres, sus esclavas, sus sirvientes que tengan deseos sexuales, los niños que todavía no sienten atracción por el sexo femenino, y [diles también] que no golpeen con los pies al caminar para que no se escuche el sonido de sus ajorcas [y llamen la atención de los hombres]. Y pedid perdón a Allâh por vuestros pecados ¡Oh, creyente!, que así tendréis éxito [en
esta vida y en la otra].Sûrah de la Luz 24: 31


Vestir el Hiyâb no significa solamente llevar un pañuelo en la cabeza, hay ciertas condiciones que también se deben observar:

1- La ropa debe ser holgada, lo suficientemente larga como para cubrir todo el cuerpo y que no sea traslúcida.
2- Si utiliza pulseras u otros adornos, no deben hacer ruido al caminar.
3- El tipo de tela, diseño y colores no deben llamar la atención.
4- En su forma de vestir no debe parecerse a un hombre.

El Profeta dijo: Allâh maldice a los hombres que se visten con ropa de mujer y a las mujeres que se visten con ropa de hombre. La mujer musulmana debe cubrir sus atributos femeninos porque Allâh así lo ordena. Parte de la sabiduría detrás de esta orden es proteger el honor de la mujer. Allâh confirma esto en el Corán cuando dice: ¡Oh, Profeta! Dile a tus mujeres, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran [todo el cuerpo] con sus mantos; es mejor para que se las reconozca y no sean molestadas. Allâh es Absolvedor, Misericordioso.Sûrah de Los Aliados, 33: 59

La identidad de la mujer musulmana se define a través de múltiples características que la diferencian del resto de las mujeres. En cuanto a su fe, cumple con sus obligaciones con Allâh (al igual que el hombre) realizando sus oraciones, pagando su Zakât, ayunando en el mes de Ramadán, participando del Hayy, leyendo el Corán y obedeciendo siempre los mandatos de Allâh. En su relación con otras personas ella trata a la gente con respeto, evita mezclarse con los hombres que no son mahram, sabe dar consejos, es obediente con su marido y respetuosa con sus padres, educa bien a sus hijos y es la mejor vecina. Se destaca por su carácter, es veraz, fiel, amable, tolerante, sincera y generosa. No es chismosa ni orgullosa, y jamás calumnia ni engaña a las personas. En cuanto a su propio ser, la mujer musulmana busca el conocimiento, nunca deja de leer y estudiar. Procura siempre estar en compañía de gente recta y participa de reuniones religiosas. Cuida su cuerpo, su aspecto personal y se embelleces únicamente frente a su esposo prestando especial atención a su vestimenta para salir de su casa.

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En una sociedad que designa un espacio público para el ejercicio de la prostitución, absuelve a quienes abusan de menores y mujeres y aprueba los contenidos sexuales de lo que ven nuestros hijos en televisión mientras miran sus programas infantiles, es muy poco lo que se puede discutir sobre un código de vestimenta que no exponga los atributos femeninos y sería una utopía pedir que la moda incite a las jóvenes a cubrir sus cuerpos para salir a la calle. Evidentemente no está en nuestras manos decidir sobre estos temas, pero sin lugar a dudas no podemos ponerlos como escudo frente a lo que para nosotras es una obligación. ¿Viste como me miran? ¿Cómo voy a ir a mi trabajo con Hiyâb? ¿Qué van a decir? ¿Con este calor? ¿No escuchas lo que te dicen por la calle? ¿Ves como se ríen? Cuando vengo a la mezquita siempre me cubro. Es muy difícil vestir así todo el tiempo en un país occidental. Nadie te entiende. Todos te juzgan. Te miran con miedo. Creen que estás enferma o loca. No es que no quiera Yo NO PUEDO usar Hiyâb. Tristemente estas palabras suenan familiares.

Autora: Prof. Lorena Lara.

1 comentario:

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