domingo, 22 de noviembre de 2009

El templo convertido en depósito

Ahora Estado actual del la sala, como aljibe, con agua.Foto:RUFINO VIVAS

El estudio ofrece una nueva perspectiva de este espacio de 140 metros con 5 naves de 4 arcadas sobre 12 columnas y un pilar.

El estudio que han llevado a cabo Víctor Gibello y María Teresa Cabezas, permite ver con nuevos ojos un espacio de 140 metros cuadrados distribuidos en cinco naves, con cuatro arcadas que descansan sobre 12 columnas y un pilar, "probablemente reutilizado de una época anterior", según Cabezas.

La posibilidad de que hubiera una mezquita en esa zona no es nueva, de hecho es uno de los mitos de la ciudad para el que Gibello, que ha llevado a cabo estudios arqueológicos tanto en el interior del templo como en sus alrededores, considera que "no hay ni un solo indicio", al contrario de lo que han visto en el aljibe.

Según los datos de su estudio, la sala que ahora alberga el aljibe fue en los siglos IX o X la principal mezquita a la que acudía la población de Cáceres, que era entonces de escasa entidad. Además sostienen que aljibe actual no es un edificio subterráneo viéndolo desde el rincón del Gallo, y que en el siglo IX estaba elevado sobre el terreno, "pero la eliminación de edificios anexos a la mezquita y la compactación del terreno acabaron por elevar el nivel de los alrededores", añaden.

Cambio de uso
Respecto al paso de mezquita a aljibe, Gibello apunta que que "fueron los propios musulmanes quienes cambiaron su uso por dos circunstancias". Una de ellas es que la orientación de la sala de oraciones no es exactamente hacia la Meca como establecen sus preceptos. "Muchas mezquitas se derriban hasta la base para reconstruirlas perfectamente", recuerda su compañera.

La otra es que a medida que avanza la reconquista, Cáceres adquiere protagonismo al ser un puesto fronterizo según avanzan los cristianos. "Entonces fortifican la ciudad hasta extremos notables, pero tienen un problema con el agua", explica el investigador. "La ciudad se amplía, se construye un albarcar --zona defensiva--, en la zona más baja de la ciudad, Santa María y San Jorge, entonces vacías, con la previsión de acantonar tropas. Y necesitan agua", argumenta.
La teoría de este equipo es que ambas circunstancias pudieron provocar que lo que era la sala de oraciones se convirtiera en depósito de agua. "Tratan de ser metódicos --añade-- porque cada encuentro de muros lo forran con un bocel para evitar la filtración", explica. Pero el efecto del agua durante de nueve siglos han acabado por dañarlo. "Son ellos quienes construyen las bóvedas, el lucero para recoger el agua de lluvia, recrecen los muros laterales, eliminando ventanas en los muros sur y oeste.

¿Y hacia dónde se extendería la mezquita? "Esa es una de las preguntas que hay que responder", señalan. "Nuestra teoría es que junto a la sala de oración, habría un espacio al exterior que tendría una posición muy similar a la del patio actual trasero, en el que además hay una pila", explican.

Fuente: 21/11/2009 R. CANTERO El Periodico de extremadura

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