lunes, 15 de noviembre de 2010

Feminista y fiel al islam. Presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas de España, Marie Laure Rodríguez,


francesa hija de gallegos, aboga por la transparencia en las relaciones entre ambos sexos

Luchadora. «Nosotras, las occidentales, defendemos las esencias del Islam. ¡No el machismo!», aclara Marie Laure RodríguezLlegó al feminismo por el Islam. Repetimos: se considera feminista y musulmana. Presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas de España (UMME) para más señas. Se llama Marie Laure Rodríguez Quiroga, hija de gallegos y nacida en Francia. Un perfil que muchas veces deja con la boca abierta a sus interlocutores, como si fuera un engendro. Algo que se escapa a las leyes de la naturaleza. «Como una mujer barbuda», ha confesado en más de una ocasión, entre risas y con un punto de resignación. Marie Laure (o Laura, como prefiere en España) no se toma las cosas a la tremenda. Busca el equilibrio. No es una 'talibana' y tampoco una mística que se cruza de brazos y admira, sentada sobre un cojín, el poder del gran espíritu. No se conforma con verlas venir. Le gusta la acción.

Vive en Madrid, es trabajadora social y se considera alguien de su tiempo. Por eso, cuando se le pregunta por el valor de la virginidad y las operaciones para reconstruir el himen, reacciona con un suspiro. De varios segundos. Luego, responde lacónicamente: «No es nuestra lucha, eso no es más que pura hipocresía».

Con 35 años, casada con un musulmán español y madre de un niño, la himenoplastia le parece «algo fuera de lugar, totalmente innecesario y que no responde a la esencia del Islam». Ella aboga por la transparencia en las relaciones entre ambos sexos. Va de frente y sin bajar la voz. No se considera inferior a ningún varón por el mero hecho de ser mujer. «Hay que exigir a todos lo mismo. Si no se le pide a ellos, tampoco se nos debe pedir a nosotras. Es más, el Islam en puridad reclama la virginidad a los dos miembros de la pareja».

Esa reflexión rara vez se hace. Muy típica de Laura, habría que añadir. Ella reivindica «lo más genuino del Islam, no lo que se ha montado encima, ya sean tradiciones discriminatorias como la separación de sexos en la mezquita o prácticas aberrantes como la lapidación». Como máxima responsable de UMME, una entidad fundada en 2008, se dedica a bucear en los orígenes de su religión: «En los tiempos de Medina (siglo VII d.C.), se aplicaba el principio de la justicia social, la 'shura', que implicaba tomar las decisiones de forma consensuada, entre creyentes de ambos sexos». De modo que no es un imposible alcanzar la paridad en el seno de las comunidades musulmanas. Esa es la teoría, evidentemente.

Aún se solivianta al recordar que la Comisión Islámica de España, única entidad autorizada para dialogar con la Administración, se compone sólo de varones. «Dicen que no hay mujeres preparadas para ello. ¡Qué vergüenza!».

Fuente Webislam

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