Teresa García Espejo. Rebelión.
Un informe de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género denuncia las vejaciones y torturas a las que son sometidas las presas palestinas en cárceles israelíes.
En las cárceles israelíes permanecen presas por motivos políticos 74 mujeres palestinas, que son sometidas a vejaciones y torturas de forma habitual, según un informe realizado por la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género. Las detenciones se rigen por disposiciones militares que pueden modificarse de forma arbitraria desde la Comandancia Militar israelí y, una vez encarceladas, las mujeres son aisladas y sometidas a distintos abusos que van desde cacheos e insultos a maltrato físico y psicológico. Las prisioneras se encuentran repartidas en tres cárceles ubicadas fuera del territorio palestino ocupado, en contra de lo estipulado en el cuarto convenio de Ginebra. El 93% de ellas están recluidas en Telmon (Sahron) y el resto en las prisiones Neve Tirza y Al-Jalameh.
“Es importante que expliquemos al mundo los procedimientos de encarcelamiento y las torturas que se producen en las cárceles israelíes”, sostiene Sawson Dawod Abo Tonky, ex presa palestina que ha decidido contar cómo ha sido su paso por la cárcel. Tenía 14 años cuando fue detenida al huir de un soldado israelí que le había disparado, y estuvo en la cárcel 14 meses. “Antes de retenerme me habían disparado. Mi reacción natural fue huir, pero me perseguían los soldados, que me cogieron y me golpearon hasta hacerme heridas en varias partes del cuerpo. Recibí los insultos más groseros que se pueda imaginar”, relata Sawson Dawod. En prisión fue tratada “peor que cualquier animal”, y protestó con una huelga de hambre que le llevó a perder el conocimiento, e incluso tuvo que ser trasladada a la enfermería. Allí, el personal sanitario “me golpeó, y yo me pregunto, dónde está su juramento hipocrático como profesionales”, agrega. Reducida mediante esposas y grilletes que le provocaron heridas, un grupo de soldados la interrogó durante tres horas bajo amenaza de recibir un golpe por cada pregunta que no contestara de forma inmediata. Después la mantuvieron aislada durante 20 días, en los que no pudo ver a nadie ni le permitieron comunicarse con un abogado. Sawson Dawod fue a la cárcel por una detención administrativa, es decir, acusada de suponer una amenaza para la seguridad del Estado pero sin cargos judiciales. Éste también fue el motivo de encarcelamiento de Nura Jaber, detenida en Hebrón en 2006. Después de pasar por distintos centros de detención y de ser interrogada duramente, se le impuso una detención administrativa de seis meses que las autoridades israelíes fueron ampliando periódicamente. Nura pidió su liberación y presionó con una huelga de hambre que duró 27 días, por la que fue castigada en una celda de aislamiento.
La violencia física hacia las presas es utilizada como castigo personal y colectivo. Les causan daños en el cuerpo, son amenazadas, sufren acoso sexual y las prácticas vejatorias forman parte de la rutina carcelaria. A veces no las dejan dormir, las encadenan a sillas en posiciones dolorosas, con las esposas apretadas, y en ocasiones las golpean. Además, las presas denuncian la exposición continua y prolongada a la luz artificial, a temperaturas extremas, y el lanzamiento de gases lacrimógenos dentro de las celdas.
Para leer más: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84025&titular=israel-tortura-a-prisioneras-palestinas
viernes, 24 de abril de 2009
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