miércoles, 7 de abril de 2010

El musulmán y sus vecinos en el Islam.

- Las buenas acciones del mal vecino no son aceptadas.
No nos debería sorprender que las buenas acciones del mal vecino no sean aceptadas. Según numerosos Hadices las buenas obras no serán de ninguna utilidad mientras se continúe maltratando al vecino, porque en el Islam las buenas acciones están siempre basadas en la fe, y como señalamos en el Hadîz anterior el mal vecino destruye su fe, y como consecuencia sus buenas acciones no son aceptadas. Le fue dicho al Profeta r: ¡Mensajero de Alá! Tal mujer se pasa las noches rezando, ayuna durante el día y también da caridad, pero ofende a sus vecinos con su maledicencia. Entonces el Profeta r dijo: "Sus buenas acciones no le serán de ninguna utilidad, ella estará entre los moradores del Infierno". Alguien dijo: Fulana reza solamente las oraciones obligatorias, da caridad, pero no ofende a nadie. Entonces el Profeta r acotó: "Ella estará entre los moradores del Paraíso". Transmitido por Al-Bujâri en Al-Adab Al-Mufrad.

El mal vecino es una de los tres peores clases de persona, según lo definió el Profeta r:"Tres son las peores clases de personas: El gobernante que cuando haces el bien no lo reconoce y cuando te equivocas no perdona; el mal vecino que si ve algo bueno de ti lo oculta y si ve algo malo de ti lo difunde; y el cónyuge que cuando estás presente te fastidia y si te marchas te traiciona". Transmitido por At-Tabarâni.

El musulmán inteligente tiene un claro concepto del mal vecino, por las descripciones del Profeta r, y por eso se abstiene de ser así tanto como mantiene distancia de una persona con tales características.

- El musulmán correcto evita perjudicar a su vecino.
El musulmán correcto es muy cuidadoso y evita cometer pecados en detrimento de su vecino, porque un pecado contra un vecino es peor que otros pecados. Como ejemplo de esta regla, podemos citar cuando el Profeta r preguntó a sus Compañeros sobre el adulterio y ellos respondieron: Es Harâm; Alá y Su Mensajero lo han prohibido. Entonces él les dijo: "El pecado de un hombre que ha cometido adulterio con diez mujeres es menor que el de aquel que lo ha hecho con la esposa de su vecino". Luego les preguntó sobre robar, y ellos respondieron: Es Harâm; Alá y Su Mensajero lo han prohibido. Entonces les dijo: "El pecado de un hombre que ha robado diez casas es menor que el que roba en la casa de su vecino". Transmitido por el Imâm Ahmad en Al-Musnad.

- Proteger el honor del vecino.
El Islam estimula a los musulmanes a esta noble actitud en muchos textos acerca del buen trato al vecino. El musulmán protege el honor de su vecino, oculta sus faltas, lo ayuda cuando está necesitado, recata la mirada, evita todo lo que pueda perjudicarlo y no incurre en alguna acción que pueda ser sospechosa o malinterpretada. No es ninguna sorpresa entonces, que el musulmán correcto sea el mejor vecino que cualquier persona quisiera tener. El musulmán que es sensible y consciente de las enseñanzas de su religión respecto al buen trato con los vecinos será muy cauto y evitará cualquier disputa que pueda surgir entre él y su vecino, debido a la advertencia del Profeta r:"Los primeros en enfrentarse (para saldar daños y perjuicios) el Día de Juicio serán los vecinos". Transmitido por Ahmad y At-Tabarâni con un Isnâd Hasan

- No se niega a beneficiar a su vecino.
El verdadero musulmán no ahorra ningún esfuerzo para ayudar a su vecino con amabilidad y generosidad. Es cuidadoso en cumplir su deber, para no ser como dijo el Profeta r respecto al vecino descuidado:"Cuántas personas se agarrarán de sus vecinos el Día del Juicio, y dirán: ¡Señor mío! Él me cerró la puerta en la cara y me negó un trato amable y solidario". Transmitido por Al-Bujâri en Al-Adab Al-Mufrad.

Según el Islam, los musulmanes deben ser como una fuerte construcción. Cada ladrillo debe ser legítimo, y estar fuertemente ligado con los otros para hacer que la pared sea fuerte y resistente. De lo contrario será débil y colapsará. Así, el Islam construye esta pared con fuertes lazos espirituales, conservando su integridad y fuerza, para que no se resquebraje ante cualquier adversidad. El Profeta r dio a los musulmanes una metáfora maravillosa sobre la solidaridad y el apoyo mutuo en la sociedad:"Los creyentes son como una pared cuyos ladrillos encajan firmemente; cada uno se apoya en el otro". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim"Los creyentes en su amistad, misericordia y afecto, son como un solo cuerpo; cualquier parte de él que sufra una dolencia repercutirá en el resto del cuerpo con dolor y fiebre". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim.

Si una religión pone tanto énfasis en la solidaridad de sus seguidores, es natural que esto fortalezca los vínculos entre los vecinos creando una sólida amistad, y generando compasión, solidaridad y buen trato entre ellos.

- Soportar los errores y el mal trato del vecino.
El musulmán guiado por la luz del Islam es paciente con su vecino y no se enfada ni es rencoroso si su vecino comete un error o alguna negligencia. Es tolerante y comprensivo, esperando así obtener una recompensa de Alá y alcanzar Su amor y complacencia. Cierta vez, cuando Mutarrif Ibn ‘Abdullah encontró a Abû Dharr, le dijo: ¡Abû Dharr! Oí hablar de lo que has dicho y quería encontrarme contigo para preguntarte. Oí que has dicho que el Profeta r dijo: "Alá ama a tres personas y odia a tres". ¿Quiénes son los tres amados por Alá? Abû Dharr -citando lo dicho por el Profeta r- dijo: "Un hombre que lucha por la causa de Alá con perseverancia y anhelando Su recompensa, y lo hace hasta morir, esto lo encontrarás en el Libro de Alá". Entonces recitó: {Ciertamente Alá ama a quienes combaten en filas por Su causa, como si fueran una edificación sólida.} [61:4] Mutarrif preguntó: ¿Luego quién? Dijo: "Un hombre que tiene un mal vecino que lo molesta y fastidia pero él le tiene paciencia, y lo tolera hasta que Alá arregla el asunto durante su vida o con la muerte de alguno de los dos...". Transmitido por Ahmad y At Tabarâni con un Isnâd Sahîh

- No paga con la misma moneda.
Una de las enseñanzas de esta religión, tal como el Profeta r explicó, es no devolver al vecino el mal que nos hizo, sino que lo correcto es ser paciente, tanto como se pueda, esperando que abandone su mal comportamiento cuando vea que su vecino no le responde con la misma moneda, sino que por el contrario es amable con él. Ésta es una de las actitudes más nobles y una forma muy efectiva de producir una influencia positiva en los malos hábitos que tienen algunas personas.

Muhammad Ibn ‘Abdullah Ibn Sallâm t le dijo al Profeta r: Mi vecino me molesta. Pero él le dijo: "Ten paciencia". Al tiempo regresó por segunda vez y le dijo: Mi vecino me molesta. Pero el Profeta r nuevamente le dijo: "Ten paciencia". Luego regresó por tercera vez y dijo: Mi vecino me molesta. Entonces el Profeta r le dijo: "Regresa y pon todas tus cosas en la calle. Si alguien te pregunta, dile: Mi vecino vive perturbándome. Así él será culpado. Quien crea en Alá y en el Día del Juicio Final que honre a su vecino". Ver Haiâh As-Sahâbah, 3/50

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