sábado, 20 de marzo de 2010

Alemania planea un programa estatal para formar imames

En Alemania ya está constituida la participación del Estado en la educación de católicos , protestantes y judíos, siempre de acuerdo con las instituciones correspondientes que les representan. Pero la comunidad musulmana no está sometida a estos acuerdos y controles, algo que el Gobierno alemán quiere cambiar. El plan de Merkel incluye la participación del Estado en la formación de profesores de Islam en las escuelas públicas.

Mezquita en el barrio de San Jorge, Hamburgo (Alemania).

El próximo año Alemania experimentará probablemente un pequeño pero indudable cambio en la separación entre Iglesia y Estado, o, para ser más exactos, entre el Estado y las mezquitas.
Si todo se desarrolla según el plan propuesto en febrero por el Consejo Nacional de Educación, el Gobierno alemán pronto empezará a participar en la formación de imames encargados de atender a la población musulmana del país. El gobierno participará además en la formación de los miles de educadores que se encargan de enseñar el Islam en las escuelas públicas.

María Boehmer, comisionada de Integración, lo define como “una señal adecuada para la integración” de los musulmanes alemanes. Con estas medidas se pretenden equiparar islamismo, cristianismo y judaísmo en el manejo de sus relaciones con el Gobierno alemán. Las autoridades del país trabajan desde hace tiempo con representantes de las iglesias Católica y Protestante, así como con los estamentos oficiales de la comunidad judía, en el diseño del programa educativo en las escuelas y concediendo subvenciones para la educación de curas, pastores y rabinos.
Por el contrario, los cuatro millones de musulmanes que hay en Alemania -cerca de un cinco por ciento de la población- organizan sus asuntos religiosos de manera independiente -y para algunos, de manera peligrosamente aislada- del Estado.

Las recomendaciones del Consejo de Educación se producen tras cuestionarse la igualdad de trato hacia la minoría musulmana, pero sobre todo como reacción a voces que consideran que la actitud de no intervención alemana respecto a los musulmanes ha impedido su integración en la sociedad. Un estudio realizado por Rauf Ceylan, especialista en el Islam de la Universidad de Osnabrück, presenta una serie de preocupantes conclusiones, derivadas en parte del hecho de que los musulmanes alemanes tienen dificultades para encontrar imames cualificados para educar a sus hijos y conducir sus comunidades espirituales.

Las principales organizaciones paraguas musulmanas que administran las mezquitas alemanas exigen que sus clérigos tengan algún título de educación formal, a diferencia de los pequeños templos independientes, que a veces acogen a clérigos sin ningún tipo de formación teológica. Las mezquitas acaban encontrando esos clérigos con formación en centros de enseñanzas islámicas privados, que en su gran mayoría son de tendencia conservadora.

Según el estudio de Ceylan, sólo una pequeña minoría de los imames alemanes son fundamentalistas que simpatizan con radicales de Oriente Medio, pero es significativo que cada vez más de ellos suscriben interpretaciones del Islam que les alejan de los planteamientos éticos alemanes, e incluso a veces lejos de su Constitución. Algunos analistas señalan, por ejemplo, que la igualdad constitucional de derechos entre hombres y mujeres en Alemania es cuestionada por algunos clérigos conservadores que predican que las musulmanas están obligadas a obedecer a sus maridos y a evitar el contacto con otros hombres.

Los musulmanes residentes en Alemania, por lo tanto, han tenido que buscar educadores fuera del país. Una fuente importante de clérigos cualificados de mentalidad moderna ha sido el Ministerio de Religión de Turquía. Desde hace más de 20 años el Gobierno alemán permite que miles de imames seleccionados por el Gobierno de Ankara pasen hasta cuatro años atendiendo las necesidades espirituales de la comunidad musulmana de Alemania, que es en su gran mayoría de origen turco.

Sin embargo, aunque se ha contribuido a impulsar el liderazgo en las mezquitas alemanas, el programa de imames invitados turcos ha impedido la integración plena de esta comunidad en la sociedad. Según el estudio de Ceylan, los clérigos que llegan de Turquía a menudo no pueden comunicarse con las generaciones más jóvenes de fieles en su lengua madre, el alemán, y debido a una falta de familiaridad con el sistema social tienen problemas a la hora de ofrecer consejos en los asuntos pragmáticos para los que sus congregaciones necesitan respuestas.

Cualquier iniciativa alemana para cultivar un Islam de raíces propias conlleva dificultades. Por ello, el Consejo Nacional de Educación sugiere la creación de tres institutos para la formación de imames y profesores de religión. El programa educativo y la contratación del personal de esas instituciones se supone que lo decidirían a su vez consejos formados por expertos académicos, así como representantes de la comunidad musulmana de Alemania.

El problema es que los musulmanes alemanes, a diferencia de los católicos, luteranos y judíos, no tienen una institución única común que centralice y represente sus intereses y puntos de vista. Antes que nada, las diversas voces de la fragmentada comunidad musulmana tendrán que llegar a un acuerdo para decidir cómo quieren participar en el proceso. Lo que sí está claro es que sería una pérdida de tiempo que las universidades alemanas comenzasen a desarrollar estas instituciones teológicas islámicas sin la participación de los musulmanes alemanes.

Pero las universidades alemanas ya han demostrado en alguna ocasión estar alejadas de la realidad cuando han tenido que impulsar el diálogo con al población musulmana. Representantes de la comunidad musulmana protestaron enérgicamente cuando la Universidad de Münster, que ya tiene un Instituto de Estudios Islámicos y que forma a profesores de religión, contrató a un teólogo, Mohammad Kalish, que sostiene que el profeta Mahoma quizás no haya existido jamás.
El consejo coordinador de musulmanes alemanes cortó su cooperación con la Universidad de Münster por “la vasta discrepancia entre los principios de las enseñanzas islámicas y las posiciones públicas” de Kalish, quien ha sido cesado desde entonces como profesor del centro universitario. El plan nacional para formar imames tendrá que evitar errores de ese tipo, si quieren que funcione.


Fuente: noticias.lainformacion.com

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