domingo, 21 de marzo de 2010

El Gobierno francés pretende criminalizar la solidaridad con Palestina

Una alumna fue sancionada por llevar una camiseta con la inscripción «Palestina libre» y la ministra de Justicia pide acciones judiciales contra los promotores del boicot a Israel

El diario panarabe Al Hayat pone en tela de juicio a las autoridades francesas y su tendencia a crear confusion a propósito de una cuestión tan sensible como lo es el conflicto israelo-palestino.
Como cada año, el conjunto de la clase política francesa, tanto la que pertenece a la mayoría como a la oposición, ha acudido el 3 de febrero a la cena anual del Consejo representativo de los judíos en Francia, CRIF, con excepción del Partido Comunista PCF (y de los Verdes) partidos de los cuales no se invito a ningún representante. El PCF ha sido « sancionado » por segundo año consecutivo dadas sus posiciones « anti-israelíes ». De tal modo que todos habrán comprendido que dicho consejo comunitario – que pretende – equivocadamente – representar a los judíos de Francia, cuando, en realidad, solo se adhiere a él una minoría – desempeña un papel directamente político. Normalmente, las estrictas leyes de la laicidad francesa deberían prohibir tal mezcla entre la política y la religión.

Sin que le importasen dichas premisas, el Primer Ministro Francois Fillon fue muy aplaudido por su discurso, en el cual dio a entender que existen, en Francia, unos grupos que animan a “boicotear los productos casher”, o sea los productos conformes a unas reglas religiosas equivalentes a las reglas que rigen para los productos halal. Eso es simplemente una mentira. En efecto, la campaña de boicot efectivamente existente en Francia no concierne los productos casher, sino los productos importados desde Israel. (Esta campaña fue relanzada en diciembre 2008 por iniciativa de unos movimientos pro-palestinos, a fin de denunciar la intervención militar israelí en Gaza. De este modo, Francois Fillon ha creado una confusión de manera deliberada, como si quisiera acreditar la tesis según la cual los judíos e Israel son la misma cosa. El hace esta amalgama en el preciso momento en que numerosas organizaciones y también personalidades judías participan en la campaña de boicot. Por otra parte, este campaña ha sido también lanzada en Gran Bretaña e incluso en los Estados Unidos, y se esta extendiendo por el mundo entero.

El Primer Ministro no es el único en situarse en primera línea de combate: se ha unido a el su Ministra de Justicia Michele Alliot-Marie. El 18 de febrero, invitada a la cena de la cadena de la región de Burdeos del CRIF, incluso llegó a superar a su maestro declarando que la llamada al boicot era pasible de la aplicación de la Ley contra las discriminaciones. En consecuencia, prometió acciones judiciales contra los promotores del boicot, invitó a la policía a ejercer una vigilancia y ordenó que dichos promotores comparezcan ante la justicia. Efectivamente, un cierto número de personas fueron convocadas porque habían llamado verbalmente o bien en Internet a boicotear los productos israelíes. La ministra explicó todas estas medidas durante dicha cena, llenando de satisfacción a los asistentes.

El hecho de que Israel viole todas las resoluciones internacionales y cometa asesinatos a gran escala (el informe Goldstone estime que se trata de crímenes de guerra, incluso, quizás, de crímenes contra la humanidad) y al mismo tiempo pida que se le otorgue un certificado de buena conducta, ello se asimila a locura o a estupidez. Pero el hecho de que Francia se una a estos actos delictivos y se asocie a estos crímenes, o peor aun, que así lo reconozca ante una organización judía sobrepasa toda comprensión. Ello es la consagración de un organismo francés en el papel de una instancia representativa de un país extranjero. Viene a ser como si Francia considerase que Rusia no esta representada por su embajada en Paris, sino por la comunidad ortodoxa.

Ha sucedido recientemente otro acontecimiento que va en la misma dirección. Una alumna de tercer curso en un instituto de Villefranche sur Saone, cerca de Lyon, ha sido sancionada con tres días de exclusión por el hecho de llevar una camiseta con la inscripción «Palestina libre». La joven ha declarado a la prensa que ignoraba que una llamada a la libertad fuera calificada de proselitismo. Más grave fue la explicación dada por su profesor de Historia, en estos términos «una persona que hace publicidad de sus ideas no es apta, en mi opinión, para recibir una enseñanza». Si, es cierto, esta frase tan estúpida ha sido pronunciada en el país de las Luces. Y no provocó ninguna tempestad. La parcialidad pro-israelí de este profesor – que explica que: ‘los árabes se han aprovechado del día del Kippou, día sagrado para los judíos, para colonizar Israel!! » (tal y como la alumna excluida lo ha entendido y relatado) – no es lo más grave de todo este asunto. En efecto, este incidente demuestra también que la profesión de profesor ha cambiado a los ojos de los franceses. Para ellos, de ahora en adelante se trata simplemente de recitar una clase y ya no de preparar ciudadanos iguales, racionales y dotados de espíritu critico.

Fuente: MUNDO ARABE.ORG, 7/03/2010 Nahla Chahal/ Al Hayat Courrier international, Traducción: M. Bosc

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