martes, 23 de diciembre de 2008

La mala suerte

Esto era un hombre con muy mala suerte, el pobre hiciera lo que hiciera siempre le salía todo mal. nunca tuvo suerte en la vida, para nada. Y un día decidió quejarse. ya estaba harto de tener una suerte tan mala y nefasta. Y sin pensarselo mas se fué por los rincones mas lejanos y extraños buscando a alguien que pudiera darle alguna explicación.

Y así fué como empendió su camino para protestar por su permanente mala suerte, por que estaba realmente gafado, y al poco rato de salir de su casa, se encontró en el camino con un perro realmente flamélico, era solo huesos y piel. El perro le preguntó que donde iba, y el hombre le dijo que a buscar a algún sabio que le explicara el porque de su mala suerte siempre, y que podía hacer para cambiarla. El perro le deseo mucha suerte en su busqueda, y le pidió que si por casualidad daba con quien buscaba, le preguntara de su parte por que estaba tan flaco y esmirriado. el hombre se lo prometió y se despidieron.

Al rato de dejar al pobre perro el hombre ya cansado de caminar, se paró para descansar debajo de un árbol. Al ver al hombre tan cansado, el arbol le preguntó que a donde iba. El hombre le dijo que en esta vida siempre había tenido mala suerte en todos los asuntos, y que ya estaba cansado. Así que iba en busca de alguien que supiera darle una explicación. El arbol también le deseo suerte, y le pidió que de paso que iba, que si daba con alguien capaz de solucionarle su problema, se acordara de él, y le preguntara de su parte por que estaba tan seco siempre, por que tenía los troncos medio muertos y porque se le caían las hojas. El hombre prometió acordarse de él, y se despidieron.

Y así, el hombre proseguió su camino,y anduvo y anduvo,y al cabo de muchas horas de marcha vió a lo lejos una casa solitaria en mitad de la nada. Se acercó a la casa y llamó. Abrió la puerta una mujer realmente hermosa. Al ver al hombre lleno de polvo y cansado, le ofreció agua para beber, y le dijo que si quería descansar, ahi estaba su casa. El hombre le dijo que no podía parar ni un momento, que iba en busca de alguien que le explicara por que siempre tenía mala suerte, y que no se podía entretener hasta dar con lo que buscaba. La bella mujer, le deseo suerte en su busqueda y le pidió que por favor, si daba con lo que buscaba, que se acordara de ella, y le preguntara de su parte por que apesar de ser tan guapa, joven y tener buena salud, siempre se encontraba triste y deprimida. El hombre le prometío que lo preguntaría de su parte, y continuó su camino.

Al final de mucho andar, por fin el hombre sin saber como dió con una cueva donde habitaba un anciano, que vivía apartado del mundo y tenía fama de ser un hombre muy sabio. El hombre se felicitó por haber dado con alguien de tanta sabiduría y le pidió que le concedirera un poco de tiempo, que quería plantearle unas cuestiones. El anciano aceptó encantado.

El hombre le explicó su continua mala suerte, que nunca en la vida había tenido suerte y le pidió consejo al anciano. este le respondió:

"Tranquilo hombre, no es tan grave lo tuyo. La suerte nunca es fija, aveces nos es favorable y aveces no. todo es cuestión de que vayas por la vida con los ojos bien abiertos. tu problema es que no sabes ver cuando tienes suerte, y por eso te parece que solo te acompaña la mala suerte. A partir de ahora ves con los ojos bien abiertos y aprovecha tus oportunidades, ¡¡ya veras como todo cambia!! "

El hombre se puso muy contento , y agradeció su consejo. Y se acordó de sus amigos que se había en contrado por el camino y le contó lo que cada uno de ellos le habían dicho.El anciano le respondió lo que tenían que hacer para solucionar su`problema, tanto el perro, como el arbol, como la mujer. y así de despidieron y el hombre emprendió su camino de regreso.

Con la primera persona en dar fué con la bella y joven mujer. Lo recibió realmente contenta. y le preguntó si se había acordado de preguntarle por ella al sabio. Claro que sí, le dijo el hombre. "Me ha dicho que para que seas feliz y te sientas realmente bien, solo te hace falta casarte, conforme te cases en tu casa solo habrá alegría." La mujer dió un salto de contento por la noticia, y le preguntó al hombre si era soltero. " si, soy soltero, pero lo siento, no puedo casarme contigo. el sabio me ha dicho que tengo que ir por la vida con los ojos bien abiertos para que no se me escape la buena suerte, asi que no puedo permitirme el lujo de casarme contigo y formar un familia, ¡tengo que buscar mi suerte!", si claro le dijo la mujer, y la pobre se quedó llorando, esperando dar con un hombre no tan tonto como este.

El hombre prosiguió su camino, dejando sola a la mujer, pero eso sí, con los ojos bien abiertos para que no se le escapara su suerte. y llegó a al arbol de antes. se saludaron y el arbol le preguntó por su mal. "me ha dicho el sabio, que lo que te pasa es que tienes justo debajo de ti un tesoro encerrado, y por eso tus raices no tienen sitio y estas tan mal. conforme alguien saque el tesoro, ¡recuperaras tu vigor y tu fuerza!" Asi le contestó el hombre. y el arbol le dijo;- y no podrías sacar tu el tesoro, y así tu ganas y yo por fin podré estar sano??. "NO nooooo, yo no puedo, me ha dicho que tengo que ir con los ojos bien abiertos para que no se me escape mi suerte, y no puedo pararme a sacar el tesoro, lo siento mucho, buscate a otro", y el hombre se marcho dejando al arbol con el tesoro debajo molestando a sus raices.

Y el hombre continuo su camino hasata dar con el perro esmirriado. Le pregunto el perro que que le había dicho para él, y el hombre le contestó: - " me ha dicho el anciano, que para curarte solo tienes que comerte al primer tonto que se te ponga delante, ¡ya veras como a partir de entonces te pones fuerte y robusto!" y el el perro sin pensarselo dos veces se comió al hombre de un bocado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario