sábado, 20 de diciembre de 2008

LA POLIGAMIA

Últimamente se ha incrementado el numero de los atacantes al Islam por permitir casarse con mas de una mujer, pero si se hubieran parado un momento a estudiar, verían que han acusado al Islam injustamente.
La poligamia no es un capricho que el hombre puede elegir cuando le apetece. Debe cumplirse una serie de requisitos muy importantes y debe darse en unas circustancias muy determinadas. Por ejemplo, la poligamia es factible para evitar un mal en la sociedad como es el adulterio. Realmente en la sociedad occidental EXISTE LA POLIGAMIA, pero de forma ilegal. Esto deja desprotegidos a los hijos ilegítimos que pudiera haber y a la mujer con quien la practican. Todos sabemos cuántos hombres tienen una "querida". Bien, esto es regulado de forma que si la esposa prefiere no divorciarse de su marido y consiente que éste se case con la otra, en casos muy particulares, sea posible el matrimonio con esa segunda mujer. En determinadas sociedades, esto es normal y el Islam lo único que hizo fue regularlo, legalizándolo y restringiendo la poligamia. Sin prohibirla, pero tampoco la exige. En nuestra cultura europea esto puede resultar muy mal visto, pero cada cultura tiene derecho a desarrollar sus pautas de comportamiento, siempre y cuando no se dañe la dignidad del/la indivíduo/a. El Islam respeta todas las culturas, es por eso que no lo prohíbe, pero pone unas condiciones tan difíciles que pocas personas pueden llevarla a cabo (si éstas son musulmanes dignos). De hecho la poligamia es poco habitual entre los musulmanes.

Otro caso puede darse en tiempos de guerra, en los que muchos hombres han muerto y los pocos que hay pueden hacerse cargo de mujeres y niños que quedan desvalidos y no queremos decir con esto que las mujeres no sean capaces de salir adelante solas. Sino que algunas mujeres podrían no poder afrontar una carga solas y necesitan una pareja. Y si a estas mujeres no les importa compartir un marido, ¿por qué vamos a impedírselo?

En verdad que el Islam permite la poligamia, y en esto la ley islámica es mas elástica y esta mas de acuerdo con las necesidades de la sociedad que la ley occidental, que no la permite en ningún caso. Supongamos un caso, que, por desgracia, no es imaginario, una mujer que tiene hijos contrae una enfermedad crónica, que la vuelve incapaz de ocuparse de la casa, y el marido no es lo bastante rico para encargar a alguien los trabajos domésticos, sin contar con que el mismo tiene necesidad de una verdadera vida conyugal. Que hacer. Supongamos ahora que la enferma consiente en que su marido tome una segunda esposa, y que se encuentra a una mujer que acepta casarse en esas condiciones... Pero no, la ley occidental preferirá, en este caso, no importa que solución inmoral, mas bien que consentir en un matrimonio legal que traería la felicidad al hogar afligido.

De hecho, la ley islámica esta mas cerca de la razón, consiente la poligamia cuando la propia mujer consiente en este genero de vida, la ley no impone la poligamia, sino que la permite en ciertos casos. Acabamos de decir que ello depende únicamente del consentimiento de la mujer, lo cual es cierto tanto respecto de la primera como de la eventual segunda, por supuesto que la segunda mujer puede rehusar convertirse en la esposa de un hombre que ya tiene una, sabemos que en el Islam no se puede obligar a contraer matrimonio a una mujer sin su consentimiento. Si una mujer acepta ser co-esposa, no es a la ley a quien hay que atribuirlo ni acusarla de ser cruel e injusta hacia la mujer y de que no favorece más que al hombre. En cuanto a la primera mujer, la poligamia depende igualmente de ella, durante la boda, puede hacer figurar en el contrato que su marido permanecerá monógamo, esta cláusula será tan valida a los ojos de la ley como cualquier otra cláusula de un contrato legal. Si una mujer no quiere servirse de este derecho, no corresponde a la legislación obligarla a ello. Acabamos de hablar de casos excepcionales, pero también corresponde a la ley afrontarlos ofreciendo los remedios posibles. La poligamia no es en absoluto una regla, sino una excepción, y esta excepción tiene múltiples ventajas, sociales y de otro tipo, de las que no se puede hablar aquí sin alargar el tema. La ley islámica esta incluso orgullosa de ser capaz de esta elasticidad.

No se encuentra en las leyes religiosas de la antigüedad ninguna restricción respecto al número de mujeres que un hombre puede desposar. Los Profetas bíblicos eran polígamos, y en el propio seno del cristianismo, que se asocia ahora indisolublemente de la idea de monogamia, eminentes teólogos, como Lutero, Melanchton, Bucer, etc., cf.diccionario de la Biblia art. poligamia, no han vacilado deducir de la parábola de las diez vírgenes S. Mateo, 25-1,12, en la que Jesús toma ejemplo del matrimonio de un hombre con diez mujeres a la vez, que la poligamia estaba admitida. Hasta el S. XI se han encontrado actas matrimoniales de matrimonios polígamos en Europa. Si los cristianos no quieren aprovecharse del permiso que parece darles su religión, la ley no cambia por ello. Y ello es verdad también para los musulmanes, cuya ley es la única en restringir el numero máximo de esposas en un matrimonio polígamo.

La monogamia, como única y exclusiva forma de matrimonio, hasta el punto de que la poligamia sea contemplada como una ofensa grave y criminal, como un pecado y un sacrilegio, es, en efecto, cosa muy rara. Tal ideal exclusiva y tal visión rígida del matrimonio es probablemente imposible encontrar fuera del desarrollo moderno, relativamente reciente, de la cultura occidental. No se halla siquiera implícita en la doctrina cristiana.

No hay derecho a decir que es el cristianismo quien impuso la monogamia en el mundo civilizado occidental... El cristianismo no prohíbe explícitamente la poligamia, salvo en caso de obispos y diáconos, 1 Timoteo II, 2 y 12... Ninguno de los concilios cristianos de los primeros siglos se opusieron a la poligamia y no se puso ningún obstáculo a su práctica por los reyes de los países en donde ya existía en tiempos del paganismo. A mediados del S. VI, rey de Irlanda, tenía dos reinas y dos concubinas. La poligamia fue practicada sin obstáculos por los reyes merovingios. Carlo Magno tenía dos reinas y muchas concubinas, y una de sus leyes supone que la poligamia no era desconocida por los sacerdotes. Mas tarde, Felipe de Hesse y Federico Guillermo de Prusia contrajeron matrimonios bígamos con el asentimiento del clero luterano. Lutero mismo aprobó la poligamia del primero y Melachton hizo lo mismo. En varias ocasiones, Lutero habla de la poligamia, con una gran tolerancia, no ha sido prohibida por Dios... La poligamia era realmente preferible al divorcio. En 1650, poco después del tratado de Westfalia, como la población había sido reducida considerablemente por la Guerra de los 30 anos, Kriegstag de Franconia voto que en lo sucesivo todo hombre tendría el derecho a desposar a dos mujeres. Algunas sectas cristianas han luchado con fervor en favor de la poligamia. En 1531, los anabaptistas la predicaron abiertamente en Munster, alegando que todo verdadero cristiano debía de tener varias mujeres. Y los mormones, como todo el mundo sabe, contemplan la poligamia como institución divina.

En las instrucciones dadas por el landgrave Felipe de Hesse al doctor Martin Bucer, sobre las cosas que debía preguntar a los doctores Martin Lutero y Felipe Melanchton se lee, 10. Se que Lutero y Melanchton han aconsejado al rey de Inglaterra no romper su primer matrimonio, sino desposar a una segunda mujer, como se ve en su consulta motivada.

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